23 Dic 2008

Felices fiestas, pero para todos...

Por Fabiola

Llegó el fin de año, época de regocijo y encuentro con la familia y los amigos, de disfrutar de la compañía de los seres queridos. La mesa de todos se llenará de manjares especiales para celebrar, y sin duda, uno de los grandes protagonistas serán las carnes de animales, criados y muertos para ser convertidos en un plato... ¿Es que nadie incluye, en sus buenas intenciones de cambio, a seres sintientes como los animales? Si todos viviesen un espíritu de navidad cristiano -o ni siquiera cristiano, sino consciente de los otros, deberían escuchar las palabras de amor y generosidad de sus profetas, y re-flexionar sobre la propia responsabilidad en un holocausto que nos acompaña y condena a diario: los mataderos.

El fin de año hace sufrir a muchas personas, quienes vemos con desazón y desilusión que por un año más, las mesas de las familias se llenan de cadáveres de animales, de esos seres que son capaces de sentir como nosotros, y que son a propósito excluídos de la compasión y de los buenos deseos de Navidad y Año Nuevo. ¿Es que es tan difícil mirar los ojos de los animales, darse cuenta que llevan una vida, una individualidad y un carácter, que son sujetos de una vida?

La sociedad es lo suficientemente hipócrita y acomodaticia como para adormecer a sus componentes. ¡Claro! es bien fácil ubicarse en la línea gruesa de la comodidad y evitar darnos cuenta que NO NECESITAMOS COMER CARNE para vivir bien, que NO NECESITAMOS MATAR seres vivos para estar bien nutridos, y que pagamos a un matarife para que haga un trabajo desagradable, empaquete el cadáver y nos lo venda para regocijar nuestras mandíbulas mientras hacemos votos de amor y buenas intenciones... ¡qué imagen más grotesca y desagradable!

Nadie ignora lo que sucede a los animales que llegan a nuestra mesa, aunque todos prefieren mirar a un lado para no darse cuenta que son cómplices de asesinato. Mientras abrazan a sus hijos, amigos, nietos, primos, para desearles prosperidad y buenaventura.

Este es un llamado a la reflexión. Porque los animales no merecen menos, porque podemos dar más de nosotros para construir un mundo menos violento y capaz de reconocer el valor de todos los seres vivos, allende las ventajas que puedan reportar a los humanos. Y la Navidad y el fin de año son una especial época para un nuevo propósito en nuestra vida, encaminado al respeto, la generosidad y la justicia con nosotros, con el planeta y con otros seres vivos. Está en tus manos hacerlo, y muchos podemos ayudarte.

¡Feliz Navidad y Año Nuevo PARA TODOS: humanos y animales!

Fuente imágenes: Pilsna, Essjay is happy in NZ.