23 Mayo 2006

Santuario de Gatos de Torre Argentina

Por Fabiola

El Santuario de Torre Argentina es un refugio para los más famosos gatos del mundo: los gatos romanos. Creado el año 1994 por dos mujeres italianas, funciona en pleno centro de Roma (Italia), en un lugar donde los gatos buscaron refugio del tráfico y la vida citadina: el Área Sacra del Largo Argentina, tesoro arqueológico que data desde los años 400-300 a.C, y donde Julio César fue apuñalado por su rival Brutus.

Hoy, el refugio da acogida a 250 gatos, que viven bajo la atención y el cuidado de un ejército de voluntarios venidos de diversos países del mundo: Inglaterra, Nueva Zelandia, EE.UU, Chile, Italia, Alemania, Brasil, Holanda, Francia, etc.

ACTUALIZACIÓN: este artículo fue escrito el 23/05/2006. En el mes de octubre de 2012, las autoridades en Roma han decidido cerrar el refugio por motivos de seguridad, dejando a 300 gatos sin cuidados y una asociación y sus voluntarios sin poder ejercer su labor social y animalista. El refugio de Torre Argentina está en conversaciones con las autoridades, y hacen un urgente llamado público a apoyar su labor mediante el envío de cartas a las autoridades. En este enlace encontrarás toda la información necesaria. Por favor, firma para enviar la carta sugerida y difunde esta alerta. Gracias.

En el año 1994, Lia Dequel y Silvia Viviani se hicieron cargo de -los entonces- 90 gatos abandonados, enfermos y desnutridos que habitaban entre las ruinas. Llevadas solamente por el amor hacia estos animales, comenzaron poco a poco a idear las estrategias necesarias para lograr reunir recursos para alimentar y dar cuidados veterinarios a estos gatos. Poco a poco, consiguieron un lugar dentro de las mismas ruinas para poder crear un refugio, el que poco a poco ha sido acondicionado para tal efecto. La ubicación del refugio es ideal por ser visita obligada para turistas y paseantes. De modo que, gracias a la ayuda económica de éstos, el refugio se mantiene activo hasta el día de hoy.

Esta misma ayuda además, ha permitido que el Santuario de Gatos de Torre Argentina brinde ayuda a otras 50 colonias estables de gatos en Roma. Las gattare (mujeres que se hacen cargo de colonias de gatos urbanos) reciben apoyo en alimentos, cuidados médicos y esterilizaciones para controlar la natalidad, las enfermedades y velar por el bienestar de sus protegidos de cuatro patas.

La mayoría de estos los gatos de Torre Argentina ha sido víctima del maltrato y el abandono. Por ello, el refugio tiene tres premisas de acción:

  • una política no eutanásica que se rige por la premisa de que todo gato ingresado tiene el derecho a vivir su vida lejos del abandono y el maltrato; incluidos los gatos que -por razón de esta crueldad humana- han quedado discapacitados: gatos ciegos, mancos o sin una pierna. Todos tienen la misma chance para vivir una vida gatuna "plena" y son cuidadosamente atendidos para tal propósito. Solamente se dispensa la eutanasia humanitaria cuando un gato llegue en un estado demasiado lamentable: severamente accidentado o maltratado, o cuando sea portador de leucemia felina. No obstante, si ingresa un gato infectado con el sida Felino eso no es impedimento para que su vida sea normal, pues se le dispensan los cuidados adecuados.

  • la esterilización de machos y hembras es obligatoria. La sobrepoblación de animales es la principal causante de los abandonos y las vidas miserables que llevan los animales en la calle, por lo que solamente mediante la esterilización éstos podrán ser controlados. Sólo el año pasado, el refugio de Torre Argentina hizo posible la esterilización de 2 mil gatos.

  • Asimismo, todos los gatos son adoptables, incluso los discapacitados y enfermos crónicos, por lo que se pone especial énfasis en la adopción responsable de parte de los ciudadanos del mundo: los gatos de Torre Argentina han sido -y siguen siendo- adoptados por ciudadanos holandeses, suizos, alemanes, ingleses, y por supuesto, italianos.

Un día con los Gatti di Roma

Un día normal en Torre Argentina comienza a las 8 AM con la limpieza y desinfección de las jaulas, platos, bebederos y cajas sanitarias de los gatos que se encuentran en cuidados especiales (esterilizados, accidentados, recién operados, etc.) Además, el aseo del recinto completo, que al mediodía abre para recibir a sus visitantes. Desde las 11 AM comienza la distribución de la comida: pienso seco balanceado y comida en lata. Cuando algún gato tiene requerimientos especiales de alimentación, se especifica por escrito para que el voluntario que los alimenta siga las instrucciones adecuadamente. Finalmente, la distribución de comida para los gatos que viven "al aire libre" en el área arqueológica, cierra el capítulo "Alimentación" del turno matutino. Al mediodía el refugio ya está listo para atender a los visitantes: turistas venidos de diferentes partes del mundo, que serán atendidos por otros tantos voluntarios en su lengua materna, o en su defecto, en inglés o italiano.

Por la tarde, comienzan a dispensarse los tratamientos médicos necesarios para cada gato. Mientras tanto, entran y salen gatos de las diferentes colonias para recibir atenciones médicas o para volver, ya sanos, a sus colonias de origen. Una segunda ronda de alimento balanceado, y la constante remoción y limpieza de la arena sanitaria es un requisito fundamental para mantener el ambiente respirable, apacible y limpiopara todos :-)

 

Pertenecer al equipo de voluntarios de Torre Argentina ha sido una de las más bellas experiencias de mi vida. Aparte de la riqueza que se consigue conociendo -y tratando- a gente de diferentes culturas, ver lo que el entusiasmo y el amor -no solo por los gatos, sino también por el trabajo bien hecho pueden lograr, es impresionante y aleccionador. Observar a Lia y Silvia luchando a diario por su refugio, a los ayudantes y voluntarios, cada uno desde su ámbito, haciendo lo propio por salir adelante en favor de los gatos, es una experiencia invaluable. Todo esto me energiza y me impulsa a hacer más por los animales. Ver la indolencia de la gente cuando abandona a una gata enferma con sus cachorros, lanzándolos dentro de una bolsa a las ruinas; ver en los ojos de los gatos que llegan tanto dolor, temor, angustia. Decirle adiós a los gatos que se van a un nuevo hogar, adoptados, con la esperanza de que su vida sea mejor. Despedirse de un gato cuando cruzará el puente para descansar de su triste vida en la tierra. Acariciar a los que están miedosos, hablarles, hacerles sentir que allí ya nadie les hará más daño. Ver hoy la mirada de esos gatos que un día fueron abandonados, maltratados, vejados, heridos; y encontrar en ellos salud, bienestar, alegría, e incluso amor, es una sensación que no se puede describir con palabras. Sólo se puede vivir.

Por eso invito a todos los que -¡afortunados!- un día pasen por Roma, se acerquen a conocer a esta comunidad tan especial. Que más allá de toda diferencia política, económica, social y cultural, ha podido trascender en pro de una causa común: el amor por los gatos, por su bienestar, por su plena inserción en la comunidad y en la vida de los romanos.

Sin duda alguna todo esto es un ejemplo a seguir. Porque en todas partes hay animales sufrientes, pero lo más importante: en todas partes hay personas dispuestas a luchar contra todo para que ellos estén mejor. Si Lia, Silvia y los voluntarios pudieron hacerlo, otros también podrán hacerlo -y de hecho- ¡muchos ya estan en la tarea! Ayudemosles a crear un mundo mejor para todos. Porque como ya dije en otro lugar la moral humana es flexible, no se agota cuando entrega. Mucho menos se agota en el ámbito de lo humano. Mitigar el sufrimiento humano y animal, será la única manera de encontrarnos, a nosotros mismos, en nuestra humanidad.

Fuentes: Gatti di Roma, Wikipedia. Fuente fotografías: Ecosofia.org.