19 Nov 2009

Nosotros también somos animales

Por David G.

Es común escuchar a la gente refiriéndose a otro como “animal” cuando se quiere insultar o hacer referencia a un trato indigno, como si ser animal fuera algo inferior. Así es como se manifiesta una sensación de separación y superioridad del ser humano con respecto a todos los animales, que lleva a actuar como si todos los seres y la Tierra completa estuvieran disponibles a nuestra libre disposición. Esto es antropocentrismo: el hombre es el centro de todo. Sin embargo olvidamos que también somos animales, renegamos sin humildad todas las cosas más obvias y cotidianas que nos recuerdan este hecho.

Todos los animales tenemos características en común, pero las costumbres y la tecnología que ha desarrollado el humano le hace olvidarlo permanentemente. Es bueno recordar lo que somos para cuestionar nuestro actuar cotidiano y cambiar las cosas negativas que provocan injusticia y sufrimiento a la misma especie, a las otras y al planeta.

  1. Todo animal necesita ingerir agua y nutrientes para mantenerse con vida. Todas las especies dedican mucho tiempo de su vida a buscar el alimento que necesitan. Nosotros estructuramos nuestra economía y relaciones sociales en torno a la subsistencia alimentaria, tenemos lindos restaurantes, enormes campos cultivados y un stock siempre disponible de alimentos. Trabajamos para asegurar en primer lugar la alimentación de nosotros y nuestras familias. Seguimos manteniendo una prioridad energético-alimentaria, como todos los otros animales.
  2. Como los cuerpos no usan todo lo que ingieren, los animales necesitan eliminar los desechos defecando u orinando. El ser humano se ha inventado una industria de artefactos especiales dedicados a tal efecto, sistemas de alcantarillado, higiene, ventilación y desodorantes para tapar el rastro de dicha actividad.
  3. La reproducción es básica para la perpetuidad de una especie. La gran mayoría de los animales mantienen relaciones sexuales para reproducirse, y las especies se adaptan para este fin: rituales de conquista y nupciales, organización social para la crianza y cuidado de las crías. Misma cosa sucede en la sociedad humana: hacemos rituales de conquista, nos casamos o emparejamos, al momento del nacimiento de las crías disponemos de quirófanos y personal especializado para asegurar el éxito reproductivo. Hemos montado toda una parafernalia técnica, legal, sanitaria, moral y social para cuidar de las crías, como todos los animales.
  4. Todos los animales nacen, crecen, envejecen y mueren, ya sea por enfermedades o accidentes. En nuestro caso disponemos de una gran tecnología sanitaria que busca aliviar nuestras enfermedades y alargar nuestra vida. Como en todos los restantes aspectos, también existe un enorme negocio detrás de esta natural etapa. Pero aún seguimos enfermando y muriendo, como todos los otros animales.
  5. Otra característica, de las más importantes que compartimos, es que los animales tenemos la capacidad de sentir dolor y experimentar placer. Ningún animal quiere sufrir, todos sentimos temor y reaccionamos cuando nos vemos amenazados, evidenciamos placer si algo nos gusta, nos quejamos al ser heridos, nos deprimimos y podemos perder la estabilidad mental con la frustración o aislamiento. Como todos los otros animales.

Todo lo que hagamos, como lo que elegimos para comer, vestirnos o entretenernos, tiene repercusiones para otros seres con los que compartimos mucho. Nuestras decisiones tienen un gran impacto, pueden provocar sufrimiento y muerte, como también pueden ser compasivas y respetuosas. Es cierto que hay necesidades vitales, pero tenemos que aprender a identificarlas sin egoísmo ni consumismo de por medio, siempre con la empatía y respeto hacia nuestros iguales primero independiente de su especie, ya que no somos superiores ni inferiores, tenemos nuestras características únicas pero tal como las tiene todo animal.

Colaboración enviada por David Gómez. Foto usada con permiso del autor: Jvas90.